La primavera es una de las estaciones del año en las que nuestro vehículo más se resiente, especialmente el sistema de filtrado.
El polen ataca los conductos de ventilación y, si no tenemos un buen filtrado del aire puede entrar en el vehículo haciéndonos toser, estornudar o generarnos enrojecimiento en los ojos. Esta sintomatología es peligrosa durante la conducción y podemos evitarla teniendo a punto nuestro sistema de filtrado.
¿Qué es el filtro antipolen?
El filtro antipolen suele estar incorporado de serie en casi todos los vehículos. Es un filtro importantísimo para las personas alérgicas ya que, como hemos dicho, ayuda a evitar riesgos durante la conducción relacionados con la sintomatología alérgica.
Los filtros antipolen están hechos de microfibras de gran capacidad de retención de partículas que consiguen que el aire que llega al interior del vehículo esté muy filtrado.
La mayor o menor calidad o el estado de este tipo de filtros, no afectan al motor ni dañan otras piezas del vehículo, pero el tapizado si puede verse afectado y, por supuesto, nuestra salud y nuestra seguridad al voltante.
¿Cuándo cambiar el filtro antipolen?
Como norma general, el filtro antipolen debe sustituírse una vez al año, o bien entre los 15.000 y los 25.000 km, siguiendo las indicaciones del fabricante.
De todas formas, es importante que, si notas fallos en el sistema de ventilación o vives en una zona muy expuesta a polen y polvo en primavera, consultes a tu taller de confianza para que te asesoren sobre tus necesidades específicas.
Los filtros pueden ser:
Simples: son los más económicos. Suelen ser de papel y protegen de polvo y polen.
De carbón activo: Son un poco más caros que los simples y, además de polvo y polen, también protegen de las emisiones de carbono de otro vehículo.
Ya sabes, en primavera, revisa tu filtro de polen con nosotros.